"I took a plane to foreign land / And said I’ll write down what I find"
Resulta casi innecesario tener que presentar a la inglesa Polly Jean Harvey (Bridport, 1969), cantautora, multi-instrumentista y señera figura de la escena alternativa en las dos últimas decadas, cuya obra, ecléctica y muy personal -que incluye albumes tan espléndidos como Dry (1992), To Bring You My Love (1995) y Stories From The City, Stories From The Sea (2000)- la coloca como primus inter pares en lo que respecta a artistas femeninas surgidas en ese mismo periodo. Iniciando la segunda década del siglo XXI, la Harvey se había anotado otro gol con la edición de Let England Shake (2011), notable trabajo en el que se mostraba con una vena menos introspectiva que la del pianístico y taciturno White Chalk (2007), cuestionando en sus líricas tópicos diversos de la historia y la situación social y política de Inglaterra. El trabajo fue un clamoroso suceso de crítica y de ventas, sirviéndole incluso para ganar por segunda vez -situación inédita en la historia de ese premio- el prestigioso Mercury Prize. Los 5 años transcurridos desde Let England Shake llevaban a pensar que el siguiente opus de PJ iba a alejarse un tanto del tono político exhibido en aquel, pero como demuestra el flamante The Hope Six Demolition Project (2016), eso es algo que aún llevan impregnadas sus nuevas canciones, aunque ya desde una perspectiva global y menos localista, influenciada sin duda por los viajes que la artista efectuó junto al fotógrafo Seamus Murphy en estos últimos años a Afganistan, Kosovo y Washington D.C. y las vivencias recogidas en dichos lugares, que no solo se convirtieron en líricas para estos nuevos temas sino también en textos incluidos en The Hollow of the Hand, su libro de poesía editado el año pasado. La grabación misma del álbum tuvo algo fuera de lo común: fue realizada en un sótano de la Somerset House de Londres entre enero y febrero del 2015 como parte de una instalación llamada Recording in Progress, en la que el público podía observar a través de un vidrio como Harvey y sus sidemen Flood y John Parish trabajaban, lo cual ya atraía cierta expectativa por lo que la inglesa se traía entre manos.
A nivel musical, The Hope Six Demolition Project es un álbum que no se aleja del estilo más sosegado y folk-rockero (aunque no por ello carente de nervio) que PJ había explorado en Let England Shake. Las citas a su álbum anterior son algo de lo que la ya madura Harvey se sirve aquí, así el par de temas que abren la placa den otra impresión: "The Community of Hope" es una canción de ritmo animado y casi uptempo, de carácter más pop que cualquiera de su obra previa, pero que en sus breves 2:23 se refiere de forma cáustica y negativa a Hope VI, un proyecto del gobierno estadounidense -que Harvey visitó durante su estadía en Washington D.C.- destinado supuestamente a recuperar y poblar áreas urbanas deshabitadas o en estado de abandono ("Here's the highway pathway of death and destruction / South Capitol is its name / and the school that looks like shit-hole / Does that look like a nice place?"), que por tocar dicho asunto levantara cierto revuelo en circulos políticos de USA luego de ser lanzado como single. "The Ministry of Defence", el segundo track, sorprende por su metálico riff, quizá el más pesado creado por Harvey, y describe un paisaje desolado por la guerra ("Broken glass, a white jawbone / syringes, razors, a plastic spoon / Human hair, a kitchen knief / (..) scratched in the wall in Biro pen / This is how the world will end") acompañada de graves coros masculinos y un divagante saxo, presencias constantes a lo largo del disco. Luego de ello, se suceden pasajes en los que la impronta folk se inmiscuye de forma templada ("A Line in the Sand", "River Anacostia") o potente ("Medicinals" y "Near the Memorials to Vietnam and Lincoln" con su contagioso sing-along y ominoso telón de fondo) y hasta se da tiempo para ensayar un blues de desértica evocación ("Chain of Keys"), pero no todos resultan tan notables ("The Orange Monkey", último single del álbum, es solo pasable a mi gusto) aun si están vinculados en espíritu, al discurrir sobre la decadencia de las relaciones humanas y con un tono ciertamente pesimista con respecto al devenir de las cosas. Hasta este punto algunos podrían echar en falta el rupturismo que PJ se autoimponía de un lanzamiento a otro al notarse las similitudes con Let England Shake, pero yo no veo esa falta de sorpresa como un problema siempre y cuando haya buenas canciones, las cuales si podemos hallar aquí. Quizá lo que se podría observar es que el carácter de denuncia que Harvey enarbola no se condice -a mi parecer- con una interpretación que lo haga tan patente: su indignación ante los eventos y hechos que describe es sincera pero es comedida, como si dejara que las líricas cumplan su función sin que a nivel vocal aflore del todo su lado más visceral. En todo caso, algo de esa urgencia se puede percibir en la triada de temas que cierra el álbum: "The Ministry of Social Affairs" es un blues referido a la codicia de las instituciones gubernamentales, cuya intensidad va aumentando de a pocos, con una base de vientos y una percusión machacante de marcial tono que desemboca en un enloquecido solo de saxo free-jazz, probablemente mi momento de música favorito en el disco. "The Wheel" fue el primer single de adelanto y aquí Harvey vuelve a terrenos folk-rock ya visitados previamente pero con un coro más pegadizo y palmadas a compás narrando una oscura fábula sobre 28 mil niños desaparecidos: la "rueda" del título refiere a lo cíclico de la violencia que observamos día a día como inertes testigos y con alguna complicidad. La dolorosa travesía de Hope Six concluye con "Dollar Dollar", que podría sonar anticlimático por lo que le precede: este es un tema de aire dramático en el que se nos describe la escena de niños mendigos en las calles de Kabul ("I can't look through or past / a face saying 'dollar dollar' / a face pock-marked and hollow / staring from the glass") y en el que la voz con eco de Polly Jean se yergue por sobre un minimalista arreglo, mientras un saxo bluesero dibuja una meditabunda figura. El viaje ha concluido.
The Hope Six Demolition Project resulta ser otro álbum apreciable dentro de la obra de PJ Harvey, aunque -siendo sincero- quizá no le va en zaga a sus mejores discos, algo que le puede pasar a artistas con un body of work tan versátil y suculento. Como ya mencioné, su autora no visita aquí nuevos parajes ni propone algo rompedor con respecto a su pasado, pero la sabia autorreferencia, el carácter documental del conjunto y la honestidad que emana de estas crónicas musicales lo convierten en un disco de un nivel satisfactorio y que vale la pena oír.
LesterStone
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