martes, 18 de abril de 2017

Laura Marling - Semper Femina (2017)

"Oh Nouel, it must hurt like hell 
When you're so afraid to die 
Semper femina So am I"


Semper Femina está basado en una frase del poema “Eneida” de Virgilio, el cual dice: “Varium et mutabile semper fémina”, traducido como “volátil y caprichosa siempre la mujer”; de aquí nace el nombre del más reciente disco de la cantante británica Laura Marling, en donde a lo largo de nueve canciones, nos relata la historia de las mujeres, en diferentes aspectos de la vida cotidiana, mostrando tanto la simpleza como la complejidad de ser mujer en el mundo actual.



Para este fin Marling utiliza la guitarra acústica, la cual la interpreta de forma solemne, y junto a su voz (ya a estas alturas es difícil negar la virtud de Marling como cantante) logra crear un ambiente íntimo y majestuoso, lo cual es complementado de forma magnánima con los arreglos de cuerdas; este es un disco sólido y honesto, ya que tanto la parte instrumental como la lírica confluyen en forma armoniosa, y cada historia (es decir cada canción) es contada de una forma directa.
No sé si sea el trabajo más maduro de Marling, empero si puedo decir que es uno de sus discos más refinado, que muestra la versatilidad de la artista, en donde nos regala parte de su intimidad, desde su punto de vista femenino.

Track Listing:

lunes, 10 de abril de 2017

Jesca Hoop - Memories Are Now (2017)

"Jesus turned in his crown of thorns today
and announced to the Earth and the heavens the end of his reign"




Creo que en cada época hay un grupo de solistas femeninos, que nos sumerge a su mundo íntimo, relatando historias personales a través d su música; por ejemplo en los 90’s tuvimos a artistas de talla de Tori Amos, Fiona Apple o PJ Harvey; en los 00’s esta corriente tomó una influencia más cercana al blues con artistas como Joss Stone o a Norah Jones, en los últimos años debemos de citar a Laura Marling o Mitski; y dentro de esta categoría podría entrar Jessica Ada Hoop o mejor conocida como Jesca Hoop, una cantautora que maneja múltiples estilos musicales.

La californiana ya cuenta con cinco LP, su más reciente se titula ‘Memories Are Now’ y es el más personal e íntimo de toda su discografía; el disco desde el principio muestra su versatilidad, ya que Hoop juega y experimenta con varios sonidos musicales; siendo la guitarra el instrumento principal que la acompaña en estos nueve temas, ya que dependiendo de la canción utiliza efectos o la deja fluir limpiamente; acompañados de una base rítmica sólida, con una percusión cruda que crea una sensación de desequilibrio, también cuenta con bajos potentes que pasan desapercibidos; además los instrumentos de apoyo son utilizados de una manera versátil que le dan forma y color a las melodías, y para acabar los coros terminan por darle solidez a cada canción; en la parte lírica la oriunda de Santa Barbara toca diversos temas, siendo el amor el recurso más utilizado a lo largo del disco, pero el que más atrae (al menos a mi punto de vista) es ‘The Coming’ tema con el cual cierra el disco, ya que es una crítica al cristianismo en general (ella fue criada en una familia tradicional Mormona).

Para acabar puedo decir que es un disco sólido en la parte musical, en donde Hoop muestra su capacidad para utilizar diversos estilos, y crear un disco íntimo y entrañable.

Track Listing:






Daniel Mosquera

lunes, 3 de abril de 2017

La Lá - "Zamba Puta" (2017)


La aparición en escena de La Lá a inicios de esta década se dio en un contexto en el que el formato clásico de cantautor, al menos en su versión acústica y con alguna base en lo hecho de forma reciente en el indie folk gringo, comenzó a cobrar cierto empuje en nuestro medio. Es así que artistas como Alejandro y María Laura, Danitse, Kanaku y El Tigre Camilo Vega tomaron dicha influencia para fusionarla y adaptarla a música y contenidos que respondían a sus particulares necesidades de expresión, lo cual en algunos casos cosechó buena respuesta a nivel crítico (tanto fuera y dentro de nuestro país) como de público. Pero al igual que con varios de los ya mencionados, lo de encasillar a La Lá (nacida en Lima como Giovanna Nuñez) dentro de un estilo folk no solo es inexacto, sino que es reduccionista para una propuesta que, partiendo de la libertad que le otorga una formación musical autodidacta, apunta en varias direcciones, lo que fue palmario desde que sus canciones empezaron a aparecer de a pocos en plataformas virtuales como YouTube (hay un EP editado artesanalmente en el 2010 que parece ser inubicable) y que mostraban en ella a una cantautora sensible y con un singular universo temático, lo que luego de algún tiempo de espera al final cobro fruición en Rosa (Independiente, 2014), su disco debut, con temas de ecléctica naturaleza que sus acústicos arreglos y cálida voz ayudaban a hermanar y que lo convirtieron en uno de los álbumes locales más celebrados de los últimos años. En el caso de La Lá, el detalle de la voz viene a ser un elemento clave al referirse a ella y sus creaciones; no hay duda en que si bien el suyo no es de esos registros privilegiados, al componer los temas a su medida le permite darle a cada uno de ellos la expresividad justa al cantarlos, por lo que las ideas o sentimientos que desea transmitir son más palpables y resultan más sinceros para el oyente. Eso, sumado a lo heterogéneo (entre lo lúdico y dramático) del material permitían tener una expectativa justificada para lo que sería el próximo álbum de la cantautora, aunque entonces no sabíamos que éste también iba a tomar algún tiempo en aparecer. 


Según lo expresado por La Lá en la semana previa a su lanzamiento, Zamba Puta (Independiente, 2017) -cuyo sulfuroso título temí que le atrajera nombradía no deseada a la artista y a su nuevo lanzamiento- engloba un concepto que su autora vincula a la desigualdad y violencia que se ejerce a diario contra la mujer, muchas veces de forma disimulada (tema sensible que ha estado en el tapete en los últimos años y no sólo en nuestro país). Debo admitir que no es algo que en este caso me resulte tan evidente al repasar las letras, ya que mi aproximación a la música no es necesariamente textual (como si debe serla para muchos que noten la directriz que Nuñez busca darle a estas canciones). Lo que si salta rápidamente al oído al dar play es nuevamente el detalle puesto en los arreglos de cada tema, en los que al acusticismo ya acostumbrado se le ha agregado un sutil acompañamiento de vientos, cuerdas, percusiones e instrumentos eléctricos, que enriquece las delicadas composiciones incluidas para la ocasión (buen aporte de Juanito el Cantor, músico argentino que co-produce aquí y que también trabajara en La Casa No Existe, el más reciente y logrado álbum de Alejandro y María Laura). Esto se aprecia desde el inicio con "Bebés", que sorprende por su arreglo marcadamente jazzy (se podría tararear los heads de "My Favorite Things" o "Take Five" encima de la intro) aunque no por su lírica, en la que su autora vuelve a mostrar ese tono romántico/naíf tan suyo y que rezuma en muchos pasajes aquí. La fijación de La Lá por la MPB (presente en pasajes de Rosa como "Hiedra" o "Mamifera") se reitera aquí en "Cornamenta", en la que incluso se anima a cantar versos en el idioma de Pelé, y en canciones como "Linda Bler" o "Leche Tibia", en los que se acerca al estilo moderno de artistas como Adriana Calcanhotto o Marisa Monte. La dulce y abolerada "Caramelo" y la minimalista "Primor" (sólo voz y contrabajo entonando una letra que hará fruncir el ceño a algunas feministas) eran temas ya conocidos de su repertorio incluso desde antes de la aparición de su debut (y que por alguna razón misteriosa no incluyó ahí) que encuentran por fin su lugar en versiones definitivas. La recta final del álbum incluye a mi entender dos de sus pasajes más destacados: "Entera" es un tema de arreglo mínimo y aire doliente que contiene una de sus mejores interpretaciones vocales (con un falsete que parece cortar el aire y precisos cello y corno francés) y "La Felicidad", que cierra el disco, es un jubiloso vals criollo que le hace honor a su título y que parece ser la contracara de "Selva Negra" (de Rosa), recordando al igual que aquel a la estilizada impronta de Chabuca Granda (lo cual no es poco decir). A pesar de su brevedad, que invita a darle constantes replays pero que también nos obliga a pedirle a La Lá mas canciones pronto, Zamba Puta es un conjunto que la ratifica como una rara avis dentro de la escena limeña, haciendo música personalísima y de atemporal acabado, pero que a la vez posee el suficiente atractivo como para congregar a diverso tipo de público. No sabría si llamarle necesariamente un disco "de madurez" (cliché que suele aparecer en reseñas de segundos o terceros discos), pero aun sin contar con proto-hits como "Animales" o "Mango", es de todos modos la sólida confirmación de un singular talento al que conviene no perderle la pista. El gusto es nuestro.

LesterStone

Óyelo aquí: